martes, 28 de abril de 2020

Sacudirte la Vida

Cómo es posible que alguien,
que jamás imaginaste,
llega de repente
a sacudirte la vida.

Que con su sonrisa
se posa frente a tus ojos,
con esos... pantalones bien puestos;
y toma tu mano,
y te lleva a tus límites,
y te enseña a reír, a romper
tus miedos, a desahogar el alma,
a sincerar la garganta,
desconectar la mente y
encender el corazón.

Te lleva hasta el más obscuro rincón
 Sólo
para robarte un beso

¡y, Dios,
qué manera de deshacerte la vida
para hacerte el amor!

martes, 10 de marzo de 2020

Cobarde

Cobardes los labios; ineptos y cobardes,
que no dejan hablar al corazón.

Cobardes mis ojos,
que desvían la mirada
al paso de tu sonrisa.

Cobardes las ganas,
que no dejan saciar el alma.

Cobarde mi voz,
sumisa ante el silencio.

Cobarde... Cobarde soy Yo,
que me dejo dominar por la razón...


miércoles, 19 de febrero de 2020

El once de cada mes

Te miré mientras te alejabas
bajo la luna expectante,
una luna color miel,
que no entendía por qué.

Bajo su luz, le expliqué que
a veces el amor
se envuelve en situaciones irregulares,
en indefensas caricias
y kilómetros destellantes...

Que más vale un beso el once de cada mes
que no probar nunca el sabor de tu piel.

miércoles, 12 de febrero de 2020

El nombre no importa mientras el tuyo exista

Todas las noches le cuento al viento nuestra
historia como si fuese un pacto entre él y yo.

Como si no me hubiese enamorado aún de
tus ojos, de tu sonrisa, de tus fotos, de tu rostro,
de cómo ríes, hasta la manera en la que escribes.

Como si no supiera que el destino lo planeó,
con cada momento, con cada detalle,
con toda perfección.

Le llamamos de inmensas formas:
Casualidad, accidente, suerte, coincidencia;
el nombre no importa mientras el tuyo exista.

Y es que tal vez tenga la esperanza de que,
algún día, mientras sople el viento,
recorra tu cuerpo erizándote la piel,
y puedas sentir que aún te quiero,
y puedas escuchar que aún te pienso.

Y es que cada noche le cuento al viento
nuestra historia,
De principio...
a Fin.

lunes, 10 de febrero de 2020

Acompañarte el Alma

Si pudiera tocarte
con la paz que me provocas
Si pudiera besar
el viento en tu cabello,
si pudiera, tal solo, acariciar
el llanto de tu pecho
¿Qué sería de mí?

Pensarte constantemente se ha
convertido en mi hábito ideal.
En la forma que acaricio tu rostro,
a lo lejos,
porque la distancia jamás se había
convertido en un bache en mi vida.
Hasta que llegaste tú,
dispuesto  y en calma;
y en cambio:

Construiste puentes,
sacudiste montañas
y volaste mares...
llegaste hasta mí para enseñarme
que no existe razón alguna
para no besarnos los sueños,

Para enseñarme que no es más
valiente el que besa dos veces,
sino, aquel que se atreve a besarse entero,
sin filtros.

Y temblando de miedo, sin razón aparente,
le importa un carajo el mundo entero,
y se atreve a mirarte,
y se atreve a soñarte,
y se atreve.

Porque la vida  es de aquellos
que aunque pueden huir
Se quedan a acompañarte el alma.

La brevedad imposible de ti

Porque puedo leerte de mil maneras,
porque puedo pensarte en la misma escena
como un recuerdo sin fin.

Porque puedo sentirte aunque hace
mucho tiempo que te fuiste.
porque puedo escucharte, como la primera vez
que tu voz atravesó de mis oidos a mi estómago
y culminó con un suspiro.

Porque sigues provocando sentimientos,
a veces encontrados y otras veces anhelados,
porque puedo leerte de mil maneras,
de principio a fin,
saberte de memoria y aún así
querer más de ti.

Y aunque ya no lo quiera...
aunque ya no te quiera sentir,
pensar, oír, sufrir...
regresas a mí cada noche, cada instante,
tan fuerte y tan fugaz
como lo fuiste siempre.

Como quien lee su libro favorito
cada navidad,
con la misma emoción de la primera vez y,
aún sabiendo el final,
regresa una y otra vez,
porque sabe que revivir cada palabra
vale completamente la pena.

Vérsame

Vérsame el alma
A contra luz, 
sin ropa...
Vérsame que la 
vida es corta.

Nuevo comienzo

Comencé a abrir las 
ventanas de mi habitación, 
a sacudir el polvo de mis manos
y borrar las huellas del ayer;

Comencé a vivir, 
de a poco.

Las cosas que faltan

La luna te vio irte lejos, a casa.

Y tú,
que no sabes, amor
que mi casa eres tú
aunque mi vida sea nómada,
y que espero, con ansias, cada momento
para llegar a tus brazos.

Y yo,
que me quedo,
espero el día en que pueda besarte
y decirte una vez más
todas las cosas
que aún faltan por decir...

Te miro y...